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La retroinformática no es solo nostalgia por píxeles y sonidos chiptune. Es un viaje profundo al ingenio de pioneros que crearon máquinas capaces de milagros técnicos que hoy parecen imposibles. Detrás de cada ordenador histórico existen secretos que pocos conocen, y que todavía esperan ser descubiertos.
La retroinformática no es solo nostalgia por píxeles y sonidos chiptune. Es un viaje profundo al ingenio de unos ingenieros y pioneros que, con limitaciones extremas de hardware y memoria, crearon máquinas históricas capaces de milagros técnicos que, en la actualidad, parecen imposibles. Detrás de cada ordenador histórico existen secretos que pocos conocen, y que todavía esperan ser descubiertos. El objetivo de esta publicación es recordar algunos de esos secretos.
Commodore 64: magia oculta en el VIC-II y SID.
El Commodore 64, el ordenador personal más vendido de la historia, es famoso por sus juegos y música, pero la verdadera maravilla se encontraba en los chips VIC-II (MOS 6567/6569) y SID (MOS 6581). Más allá de lo que decía el manual:
Sprites invisibles y multiplexados: El VIC-II podía manejar hasta 8 sprites visibles por línea, pero programadores expertos descubrían cómo 'multiplexarlos' para mostrar muchos más sin perder estabilidad. Esto se lograba sin alterar el CPU 6510, usando trucos con raster interrupts y cambios de registro en momentos exactos del barrido horizontal.
Efectos de color imposibles: Alterando registros de color durante el barrido vertical y horizontal, se podían generar degradados y animaciones que no eran documentadas oficialmente. Algunos demos de los años 1984 y 1985 explotaban estos trucos para crear paisajes con cientos de colores que parecían imposibles en 16 KB de RAM de vídeo.
SID y sonido secreto: El chip de sonido MOS 6581 permitía manipular sus osciladores y filtros de formas que el manual no mostraba. Se podían generar tonos complejos, modulaciones de amplitud y efectos pseudoestereofónicos que adelantaban décadas la síntesis musical digital.
IBM 650: el abuelo que escondía atajos en el hardware.
El IBM 650, el primer ordenador que llegó a España, fue uno de los primeros mainframes de gran éxito comercial. Parecía rígido: cinta magnética y tarjetas perforadas, sin embargo:
Tenía rutinas internas en el hardware que aceleraban operaciones matemáticas complejas. Por ejemplo, multiplicaciones y divisiones podían realizarse parcialmente con microcódigos ocultos que no estaban documentados para el usuario promedio.
Los ingenieros podían aprovechar trucos de alineación de memoria y códigos perforados para ejecutar cálculos de matrices más rápido que el promedio de los sistemas. Era como un 'modo secreto' solo para expertos.
Amiga 500: el poder oculto de Agnus, Denise y Paula.
El histórico Commodore Amiga 500 de 1987 no solo fue un ordenador doméstico; fue casi un laboratorio muy complejo de hardware:
Agnus: Manejaba el 'copper' y el 'blitter', permitiendo operaciones de memoria complejas, animaciones sin cargar al CPU, y efectos gráficos como desplazamientos de tiles, duplicación de sprites y scrolling suave.
Denise: Generaba gráficos de alta resolución con hasta 32 colores por pantalla, con sprites multicolor y soporte para sprites superpuestos, todo de manera invisible para el procesador principal.
Paula: controlaba el audio y el acceso a discos; permitía reproducir 4 canales de sonido estéreo mientras Agnus manipulaba memoria y sprites, todo en paralelo, con una sincronización casi perfecta.
Aquellos chips estaban diseñados para exprimir cada ciclo de reloj, y los programadores expertos podían crear efectos que parecían imposibles: intros de juegos y demos que rivalizaban con sistemas mucho más caros.
El MOS 6510 y los secretos de la memoria en el Commodore 64.
El CPU 6510 del Commodore 64, además de ser un derivado del 6502, incluía un puerto I/O que permitía el bank-switching:
Con el MOS 6510 se podía cambiar entre RAM, ROM del BASIC, ROM del KERNAL y memoria de caracteres.
Los ingenieros y hackers podían mapear y desmapear bloques de memoria 'sobre la marcha', permitiendo cargar rutinas en direcciones ocultas para manipular el VIC-II y el SID sin interferencias.
Muchos juegos y demos de los 80 explotaron aquella técnica para 'ocultar' sprites o música en memoria que el sistema operativo ignoraba, creando efectos mágicos que el usuario no veía venir.
¿Por qué la retroinformática sigue siendo fascinante?
Explorar aquellas máquinas pioneras no es solo recordar viejos tiempos; es descubrir los secretos de la ingeniería más creativa. Cada chip, cada registro, cada byte puede revelar un truco oculto que los ingenieros dejaron como legado. Desde sprites invisibles en el C64 hasta rutinas aceleradas en el IBM 650, la retroinformática es un juego de detectives tecnológicos.
Los entusiastas que reconstruyen hardware, leen ROMs antiguas, o programan demos, están descubriendo hoy lo que los ingenieros soñaron hace 40 años. Cada máquina clásica dispone de secretos que esperan ser encontrados, y cada proyecto de exploración puede revelar innovaciones que desafían nuestra comprensión actual de la informática clásica.
La conclusión...
Si tienes un Commodore 64, un Amiga, un IBM antiguo o cualquier máquina clásica, recuerda: no estás sosteniendo solo nostalgia... estás sosteniendo décadas de secretos de ingeniería. Cada chip y cada registro es una ventana a un mundo de creatividad, ingenio, y misterio, esperando a que alguien lo descubra.
Commodore 64: magia oculta en el VIC-II y SID.